La C.N.T. en Llíria el 18 de Julio de 1936

En el libro de José Daniel Simeó Riera “Entre la Rebel.lia i la tradició”, nos dice que en el Congreso Nacional celebrado en Madrid en el Teatro de la Comedia, la Federación Comarcal de Líria, tenía o declaró los siguientes afiliados entre todo el distrito[1]. El Congreso se celebró en el año 1919 y el Distrito un total de 2.970 afiliados distribuidos entre las siguientes poblaciones que constituían la Federación Comarcal.

Benaguacil 700 afiliados
Líria 450 afiliados
Betera 450 afiliados
Puebla de Vallbona 400 afiliados
Pedralba 350 afiliados
Gestalgar 200 afiliados
Ribarroja 150 afiliados
Benisano 150 afiliados
Bugarra 120 afiliados

Cifras considerables para aquellas fechas, las cuales fueron superadas durante la guerra civil, al socaire de las circunstancias de la lucha fratricida. Durante la dictadura de Primero de Rivera, la C.N.T. fue declarada ilegal y fuertemente perseguida, resurgiendo vigorosamente con el advenimiento de la Republica y a raíz del Congreso Nacional de 1932. Pero, no obstante, se declaró abiertamente contra el “Estado burgués” de la Republica, al que declaró una lucha a muerte y sin cuartel. La primera insurrección contra la Republica se desató en la Comarca del Alto Llobregat de Barcelona en 1932, que fue desbaratada con la intervención de la fuerza pública. Se saldó con varios muertos, heridos y detenciones. Todo ello no amilanó a la C.N.T. que volvió a la carga en la insurrección nacional de enero de 1933 que tuvo su epicentro en la matanza de Casas Viejas, con la muerte de varios anarquistas por las fuerzas de la Guardia de Asalto y quema de varias viviendas. Tales agresiones dejaron tocado de muerte al Gobierno presidido por D. Manuel Azaña. En dicho movimiento “revolucionario”, en Valencia se descarriló el tren Valencia-Madrid con el saldo de 43 muertos y varios heridos y los sangrientos sucesos de Pedralba y Bugarra, con la muerte de varios Guardias Civiles y Guardias de Asalto. En cuanto a Líria fueron detenidos e ingresados en la cárcel modelo varios afiliados de LLíria y de la comarca. Según Daniel Simeó Riera, se dispararon artefactos de fabricación casera, uno de ellos en el domicilio del Juez de Primera Instancia e Instrucción D. Salvador Pérez Pérez. Como muestra de la oposición de la C.N.T. a la Republica, reproducimos una poesía de D. José Maria Peñarrocha Bori, dirigente máximo de la C.N.T. de Líria.

Hoy hace tres años justos
Que el bravo pueblo Español
Con la luz que le da el Sol
Y la Audiencia de los justos,
Supo arrojar altanero
A una infame dinastía
Que aniquilar pretendía,
Al honrado Pueblo Obrero.
Y todo el Pueblo cantaba
De alegría sus albricias;
De un ideal sus delicias,
Hoy a gozar empezaba
Y con preñada ilusión
Empezó su nueva vida,
Y aquella dicha sentida
Le alegraba el corazón.
Democracia, Democracia
Fue el gritar de los Caudillos.
Y en que todos los pillos
Pronunciaban con falacia
Grito que supo engañar
A toda la clase obrera(…)
¿Qué paso, que paso?
Veras pueblo, Veras
Tu mismo conocerás
Lo que el cambio nos dio.
A que fue el primero
Las balas homicidas
Segaron vidas queridas
Del honrado pueblo obrero.
El Tercer aniversario
En su catorce de Abril
Presos tienen quince mil
Y muertos un gran rosario.
Hasta la pena de muerte
Tenemos restablecida.
Por Monarcas fue abolida.
Republica, Cual es tu suerte?
Eso hicieron pueblo honrado
Aquellos hombres ilustres,
Cuando las cuentas ajustes
Apártalos de tu lado

Esta carta la atribuye Riera, en la página 149 de su libro, a José Maria Peñarrocha, desde la cárcel donde estaba ingresado desde los sucesos de 1933. Si contamos desde el 14 de abril de 1931, fecha de la proclamación de la Republica, quiere decir que la poesía se escribió en 1934 y no en 1933 como dice Simeo, aunque el caso es el mismo para demostrar que la C.N.T. siempre desde su nacimiento estuvo contra la Republica.
Al disolverse las Cortes Generales por el Presidente de la Republica D. Niceto Alcalá Zamora, se convocaron elecciones, señalándose la fecha del 16 de febrero de 1936. Esta vez la C.N.T. aun cuando sin presentar candidaturas propias, optó por tomar parte en las elecciones apoyando las candidaturas de izquierda más afines con su ideología.
En Líria, así como en los pueblos del Distrito, los votos ácratas fueron decisivos en el resultado electoral. No obstante la C.N.T. no formó parte del Comité de Enlace popular del que formó parte Izquierda Republicana y la Organización Sindicalista U.G.T. -correa de transmisión del Partido Socialista Obrero Español-. En las elecciones, en Líria, triunfó la candidatura del Frente Popular, y en el Distrito salió elegido por Izquierda Republicana D. Miguel Pérez Martínez, por 2.393 votos. Ello y el hecho de frecuentar los ácratas el Casino Corral, sede de Izquierda Republicana, hizo que consideraran que les daba derecho a intervenir en la vida política de la población. ¿Cómo fue que la C.N.T. apolítica por principio tomó parte en la contienda electoral?. Porque estaba claro, que triunfase quien triunfase, la guerra civil, parecía inevitable. Citamos una de tantas declaraciones efectuadas por el dirigente socialista Indalecio Prieto: “En el caso de que las derechas sean llamadas al poder, el Partido Socialista contrae el compromiso de desencadenar la revolución en defensa de la Republica”. También las derechas tenían claro que estas elecciones tenían que ser las últimas, dada la radicalización de las izquierdas y el contenido de las frases de Prieto y aun las más duras del Jefe Socialista D. Francisco Largo Caballero. Por todo ello, la C.N.T. apoyó en las elecciones la candidatura izquierdista, por cuanto estaba convencida de que con el triunfo de las derechas, tenia sus horas contadas. Todo lo que vino detrás a partir del golpe militar del 18 de julio de 1936 y la actuación de la C.N.T. forma parte de la radiografía de la guerra Civil y de la actuación dentro de ella de la C.N.T. local.
La cabeza visible de la organización de la C.N.T. era José Maria Peñarrocha Bori, hombre dotado de elocuencia, serenidad en los debates públicos y dotes de persuasión. El relator lo oyó hablar en la asamblea que tuvo lugar en el teatro del Clarín con motivo del conflicto entre la dirección de la empresa de Aguas Potables y el Ayuntamiento. Aguas Potables pretendía colocar contadores a los usuarios. En dicha asamblea Peñarrocha tomó la palabra varias veces y no desmereció ante oradores de talla como Miguel Ferriol Andreu. Peñarrocha fue destinado para formar parte de la Comisión que se constituyó para solucionar la cuestión. Así mismo estuvo presente en las actuaciones del Comité y posteriormente Consejo Popular que gobernó la población toda la guerra. Cuando fue movilizado su quinta no fue al frente y se colocó en una unidad logística que tenia su Cuartel General en la Granja de Nogues. Este hecho fue reconocido por José Maria Peñarrocha, poco antes de fallecer en visita que hicimos a su domicilio, Valentín Verdeguer, José Prats y el que suscribe.
Ahora bien, cuando el Comité se constituyó en Líria, la C.N.T. fue una de las tres fuerzas que lo constituyeron, en unión de la U.G.T. e Izquierda Republicana. Pero la minoría de la C.N.T. se impuso en sus modos, según se desprende de las actas de las reuniones del Comité, puesto que no se dice en las actas que se quemasen las iglesias, ni consta el acuerdo de detener ni asesinar a nadie. Sus métodos, con la aquiescencia de las demás fuerzas de izquierda se impusieron. Y las incautaciones y los robos a particulares de fincas, aperos de agricultura e industriales se llevaron a cabo con toda impunidad. La C.N.T. se apropió de fincas rusticas particulares, masías, edificios y demás y con el producto de todo ello formaron la colectividad, conocida, como “la Comuna”. La tienda de venta de Carne se instaló en la calle San Miguel, propiedad de la familia Calvo Novella (“Les Bledes”) y la tienda general en la esquina de la calle Mayor-Purisima, donde actualmente está la Pescadería de Balaguer. Se robó, escopeta en mano, a varios huertanos que tenían vacas, para formar como decíamos, su propia vaquería. ¿Es que los honrados agricultores, que tenían vacas para su propio sustento familiar eran grandes terratenientes?, ¿es que varios honrados carpinteros que con su trabajo les venia justo para vivir eran grandes industriales, para robarles las herramientas propias para realizar su profesión?, ¿también eran explotadores del pueblo?. Entre los muchos casos de robo que conocemos sólo citamos dos: Francisco Paula Bori Tello, calle del Salvador número 81 de cuatro vacas que poseía, se le llevaron dos. A D. José Vicente Pañarrocha Santes, calle San Miguel numero 8, hoy papelería Edeta, le robaron una maquina de carpintería que acababa de adquirir para su trabajo y la colocaron en el taller de carpintería que montaron en el local de la Tercera Orden de la Iglesia de San Francisco.
En el saqueo, destrucción y quema de las Iglesias, imágenes y altares, la C.N.T. fue mayoritaria en dichos actos. Según escribió Daniel Simeó Riera aparte de varios asesinatos, la imagen del Arcángel San Miguel fue “asesinada” descerrojándole tiros pero concediéndole antes unos minutos para realizar un milagro. Como no lo hiciera, quemaron la imagen[2]. ¡Valientes que fueron los escopeteros de la C.N.T.!. Pocos de ellos vieron el frente de Guerra, pero eso sí, fueron mayoritarios en el asesinato de gente en Líria, hombres y mujeres a muchos de los cuales torturaron antes de darles muerte. Ello no obsta, para que alguno de ellos, hiciera algún favor de trascendencia a una persona determinada, como fue el caso de Manuel Frontera que salvó de una muerte cierta al sacerdote D. José Martínez Laso, impidiendo pistola en mano la detención de dicho sacerdote. Este hecho fue relatado por Miguel Asensio Martínez, sobrino de dicho sacerdote, ya que la actuación judicial consideraba esta acción como atenuante. Asimismo, según relata Simeó Riera, José Maria Peñarrocha, salvó la vida del padre de Luis Martí, lo que corrobora aún más la tesis que sostenemos anteriormente. También en la pagina 205 de su libro, Simeó Riera nos dice que José Maria Peñarrocha le manifestó que varias veces recriminó a varios escopeteros y les amenazó por su actuación. No lo dudamos, pero por nuestra parte aducimos al relato que nos hizo nuestro querido y recordado amigo Pedro Soriano Peris que presenció en la Plaza Mayor un altercado entre José Maria Peñarrocha Bori con varios de los conocidos asesinos entre los cuales estaba “Monin”, Torres Palacios y otros a los cuales tachó de asesinos. Pero la realidad fue que al no tomar ninguna medida el Comité contra los excesos criminales de la C.N.T.-F.A.I. los asesinatos continuaron hasta el mes de octubre de 1936. ¿Beneplácito tácito del Comité?. Ante los hechos expuestos por nosotros creemos que sí, ya que el Comité con su guardia de escopeteros controlaba la población.
Aunque Simeó Riera dice, que los autores de los homicidios fueron mayormente “escopeteros” de la C.N.T. de los pueblos limítrofes, con esta tesis podríamos afirmar que, a la inversa, la C.N.T. local también realizó asesinatos en pueblos limítrofes, tesis esta que no se sostiene a la luz de los hechos que ocurrieron[3]., Y añadimos nosotros, aquellas personas que fueron multadas arbitrariamente por el Comité y que al no hacer efectivas las multas fueron asesinadas, ¿fueron escopeteros de Líria o de fuera?. Creemos que fueron los primeros. Fue el caso de las personas detenidas en Líria, trasladadas a San Miguel de los Reyes y fusiladas en el “Picadero de Paterna”, algunos de ellos previamente martirizados, como Juan Bautista Faubel Cano en el paraje “Dels Olivarets”. Si la población estaba cerrada en todas sus salidas y entradas, y vigilada por la Guardia de Escopeteros de día y de noche a las ordenes del Comité, ello nos induce aún más, a afirmar que el Comité fue el responsable moral de los sangrientos sucesos ocurridos en Líria durante la contienda, sin perjuicio de los hechos particulares que hemos relatado y que no desvirtúan nuestras afirmaciones.
“La Tierra”, órgano de la C.N.T., a raíz de los sucesos que terminaron con la insurrección federal, decía: “Dos años de la República. Dos años que jamás olvidaremos, que tendremos presentes en todo instante. Dos años de crímenes, de encarcelamientos en masa, de apaleamientos sin nombre, de persecuciones sin fin. Dos años de hambre, dos años de terror, dos años de odio.” Es una muestra más de lo que decíamos al juzgar la insurrección de la C.N.T. contra la República en Enero de 1.933.



[1] Simeó Riera, José Daniel. “Entre la Rebel.lia i la tradició”, p. 142 y siguientes.
[2] Simeó Riera, Daniel. “Breu Historia de L’art de L’asesinat en LLíria”, programa de fiestas de San Miguel, paginas año 2000, 42-47.
[3] Op cit, p 208

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