VICENTE FAUBEL MORATÓ.

 

Natural de Líria, fallecido en 2005, pertenecía el 18 de julio de 1936 a la Juventud de Izquierda Republicana, ideales de los que nunca adjuró. Sobre él, publicó el profesor Pascual Marzal Rodríguez, vecino de Ribarroja, en el Boletín de la Asociación Cultural de Amigos del Museo Histórico-Militar de Valencia un pequeño trabajo en el que relataba su actuación en la guerra civil de 1936-39[1]. De dicho trabajo tomo casi literalmente los siguientes datos.

Vicente Faubel se alistó en el “Batallón Azaña” junto a otros voluntarios de Líria para combatir a los sublevados en el frente de Teruel. Esta unidad fue incluida, para mejorar su capacidad ofensiva, dentro de la Columna Eixea-Uribes, cuyo nombre procedía de los dos mandos que la dirigían: el teniente coronel Eixea y el diputado del PCE José Antonio Uribe. La dualidad de mandos se reflejaba igualmente en su composición en la que se mezclaban milicianos de diferentes partidos y militares, como las tres compañías de infantería del Regimiento número 9, y varias secciones de caballería, zapadores, intendencia, aunque predominaba el peso del voluntariado civil.

La unidad fue situada al sudoeste de la capital turolense, entre las localidades de Cubla, Villel y Rojas, y armada con dos ametralladoras, cinco morteros de 81 mm y diez de 50 mm. Vicente Faubel fue asignado a una de las piezas de 81 mm.

La precariedad de este armamento y la inexperiencia de los milicianos quedó reflejada desde el primer momento. La mayoría de las piezas carecían de algún elemento de tiro –soportes, telémetros, etc.- y la carga de los proyectiles causaba numerosos accidentes. Ya en el otoño del 36, algunos asesores soviéticos les instruyeron para garantizar la efectividad de los disparos que realizaban. Con todo, su situación no era tan penosa como la de otras columnas, ya que la mayoría de sus miembros contaba con algún fusil, mosquetón o carabina.

La principal acción militar en que se vería envuelta la Columna Eixea-Uribe sería el intento, a finales de 1936, de cortar la carretera de Zaragoza. Sin embargo, esta acción se frustró y fue aprovechada por el teniente coronel Eixea para pasarse a los sublevados. Después quedaría estática en el frente que guarnecía hasta que fue militarizada en marzo de 1937, aunque algunas de sus unidades peregrinarían eventualmente por la zona de Málaga y Córdoba.

Las tropas que integraban la Columna fueron redistribuidas en marzo de 1937 en diferentes Brigadas Mixtas. Vicente Faubel, con algunos de sus compañeros y paisanos pasaron a la 105 Brigada Mixta, formada en las ciudades de Alicante y Valencia con los reemplazos de 1932 a 1935. Sus jefes serían el coronel de Infantería, Esteban Domingo Pina, Jefe de Estado Mayor, el oficial de milicias Daniel Fernández, y como comisario un hombre del PCE: Pedro Orgaz Librero[2].

La organización interna de la Unidad se diferenciaba poco de la mayoría de las Brigadas del ejército republicano: con cuatro batallones de infantería, los números 417, 418, 419 y 420, alrededor de los cuales podían o no reunirse otras unidades. En un documento de 2 de octubre de 1937, junto a los batallones citados, todavía se hacía constar que únicamente el cuerpo de Intendencia funcionaba con normalidad. El de Sanidad carecía de personal técnico, el de Transmisiones y Zapadores de material, y el Cuerpo de Tren estaba “en organización”. En el mismo documento se aporta la filiación política de toda la tropa: 1.316 de UGT; 753 de CNT; 157 republicanos; 191 de la JSU; 10 del Partido Socialista Unificado; 48 del Partido Socialista; 169 del Partido Comunista; 3 del Partido Sindicalista y 756 sin partido ni sindicato[3].

La Brigada 105 participó en la batalla de Brunete donde ocupó Villanueva del Pardillo, el 9 de julio. En la zona de Zarzalejo-Valquemado se enfrentó a varios ataques del ejército nacionalista que le ocasionaron numerosas bajas, especialmente en la Loma Negra, y le obligaron a retirarse a la orilla derecha del río Aulencia.

Tras estas operaciones fue llevada al sector de Las Rozas, en Madrid, bajo un nuevo jefe: el mayor de milicias Silverio Castañón Rodríguez. Allí estuvo inactiva hasta que la ofensiva sobre Valencia obligó a desplazarla a la zona levantina[4]. Fue situada frente a las poblaciones de Canales y Andilla y quedó en primera línea cuando las tropas republicanas perdieron el vértice de Peña Salada. No comparto la afirmación de Engel relativa a que su participación en estos combates fue “prácticamente nula”. Y no lo estoy porque hubo varios intentos de romper el frente por la zona del Resinero que fueron frenados por la 105. Además, y con el objeto de distraer tropas nacionales en el Ebro, fueron lanzados varios ataques republicanos en el mes de septiembre que les causaron numerosas bajas. El comisario de la 101 División, a la que pertenecía esta Brigada durante el verano de 1938, expresaba el 7 de agosto que: “La 105 Brigada es una unidad fogueada, con ardor combativo y con gran capacidad de resistencia. Pero no es menos cierto que los combates que últimamente ha librado, la situación en que algunos de sus batallones se encuentran de no poder moverse la tropa de la línea, trae como consecuencia el que esta fuerza esté agotada físicamente y precise, como es natural, de un descanso. A esto hay que agregar tanto para esta brigada como para las otras, el que de un tiempo a esta parte, la alimentación de la tropa es deficiente e incapaz de restablecer las energías que en su trabajo pierden. En los combates que ha tenido ha sufrido bajas de consideración y entre ellas a hombres que significaban mucho para la moral de las fuerzas, ya que eran mandos o comisarios de gran solvencia entre ellos y en los que por consiguiente tenían depositada toda su confianza”[5].

Durante estos meses, Vicente Faubel pertenecía a la compañía de Transmisiones como miembro de una cadena de enlace. Gracias a ella y a la falta de aparatos de comunicaciones, las diferentes órdenes llegaban por este medio a todas las Unidades. La situación de la brigada como hemos dicho, empeoró en el mes de septiembre y estuvo a punto de ceder ante la presión de los nacionales. Y este hecho se comprueba en que la mayor parte de la documentación de este periodo se encuentra desaparecida o en mal estado. Además, el 419 Batallón defendía las trincheras de la Peña del Diablo de las que saltaron al vacío varios soldados republicanos cuando fueron atacados por tropas moras. El parte del comisariado de este Batallón llegó a expresar el 8 de septiembre que “Como ejemplo de la moral de la fuerza cita la de las que guarnecen Peña del Diablo en la cual ha tenido que ser relevado el Jefe de la posición por el mucho miedo que tenía pues la situación de esta posición es bastante difícil pues es batida perfectamente por ambos flancos por lo que en opinión del informante si el enemigo atacara con intensidad sería fácilmente cercada”[6]. Unas horas antes de formularse estas palabras el 418 Batallón y la 2ª Compañía del 420 perdieron casi todos sus hombres, reconquistando las posiciones que luego fueron nuevamente perdidas.

A principios de 1939, y cuando ya se preveía el derrumbamiento total del frente catalán, fue enviada la 105 a Extremadura para formar parte de la ofensiva sobre Peñarroya. En esta acción llegó a ocupar Hinojosa del Duque y defendió la línea de Sierra Trapera-Mano de Hierro[7]. Allí le llegó el final de la guerra a Vicente Faubel, que fue internado, junto con la mayoría de sus compañeros, en el campo de concentración de Castuera. Unos meses después volvió a Liria donde se casó.

Vicente Faubel Morató, apodado “el redó”, aparte de ser fiel a los ideales republicanos que defendió en el campo de batalla fue un enamorado del ciclismo siendo socio fundador de la peña “Pedal” antes de la guerra que existe todavía hoy. Fue un hombre honesto, amigo leal y voluntarioso y asimismo un enamorado del clarín, por lo que era socio de la Banda Primitiva.


[1] Marzal Rodríguez, Pascual. “La guerra de Vicente Faubel”, Boletín de la Asociación de Amigos del Museo Histórico Militar de Valencia, nº 2, diciembre del 2001. Este artículo es el homenaje del autor a Vicente Faubel con quien mantuvo una fructífera amistad y varias entrevistas.

[2] Carlos Engel, “Historia de las Brigadas Mixtas del Ejército Popular de la República: 1936-1939”, Almena, Madrid, 1999, p 97.

[3] Archivo Militar de Ávila, Documentación Roja, Legajo 1233, Carpeta nº 2.

[4] Carlos Engel, op cit, p 97.

[5] Archivo Militar de Ávila, Documentación Roja, legajo 1127, carpeta nº 20, División 101-R, Estado Mayor, informes del Comisariado de esta División.

[6] Archivo Militar de Ávila, Documentación Roja, legajo 1233, carpeta 1, 105 Brigada Mixta, Estado Mayor, actas de reunión del Comisariado de esta Brigada.

[7] Carlos Engel, op cit, p 97.

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