Extracto de las memorias de Guerra de Miguel Vergara Gimeno, Miguel Peñarrocha Taroncher y Miguel Asensio Martínez Requetés voluntarios en el Tercio

Miguel Vergara Gimeno nació en Líria el 2 de mayo de 1913, hijo de Salvador y de Dolores, perteneciente al reemplazo de 1934 fue movilizado el 1 de septiembre de 1937 y destinado a la 115 Brigada Mixta, 4ª compañía. El teniente de la sección era el Sr. Mena y el capitán de la compañía D. Juan Pardo.

Miguel Asensio Martínez nació el 13 de febrero de 1912, hijo de Vicente y de Carmen, reemplazo de 1933, fue destinado a la misma unidad que Miguel Vergara.

Miguel Peñarrocha Taroncher, de Líria, nació el 6 de noviembre de 1915, hijo de Venancio y de Remedios, reemplazo de 1936, fue movilizado el 1 de marzo de 1937 y destinado a la misma Unidad que los anteriores.

Vergara y Peñarrocha pertenecían el 18 de julio de 1936 a la Juventud Tradicionalista de Líria, de la que Vergara era el Delegado local. Asensio a la Juventud de Acción Popular (J.A.P.).

El ambiente en Líria desde el 18 de julio hasta que los biografiados fueron movilizados ha sido descrito anteriormente en este trabajo. No obstante, es necesario hacer constar que la cabecera del Requeté comarcal del Distrito de Líria se encontraba en Benaguacil y que el Delegado Comarcal era Bautista Sanchis Blay.

Anteriormente aparece también dicho que Miguel Vergara Gimeno fue el primer detenido por el Comité local e ingresado en la cárcel del Partido durante dos o tres días siendo liberado por las gestiones que hicieron varios amigos de Vergara, que lo conocían por sus aficiones deportivas. Estos datos me los corroboró su amigo Vicente Sanchis.

A primeros de marzo de 1937, el gobierno de la República movilizó los reemplazos de 1933, 1934 y 1936 a los que pertenecían nuestros biografiados. Éstos se presentaron en el Centro de Reclutamiento de la Alameda de Valencia, donde se les tomó la filiación. Allí realizaron la instrucción en orden cerrado hasta que del 5 al 10 de abril fueron trasladados a Vinaroz (Castellón), donde estuvieron dos días, pasando luego a Benicarló, donde se les hizo entrega de armamento, uniforme y resto del equipo. Formaron los tres en la misma compañía dentro de la cual, en la escuadra de fusiles-ametralladoras, estaban como cabo de fusileros el también vecino de Líria Luis Taroncher Castillo y como soldado Miguel León Arnau.

El día 22 de abril la brigada fue trasladada en tren hasta Manzanares (Ciudad Real) donde permanecieron acantonados hasta el 30 de mayo, encontrándose con que en la población estaban concentrados bastantes prisioneros de la guarnición del Santuario de Nuestra Señora de la Cabeza. El día 30 de mayo, desde Manzanares fueron trasladados en camiones a Alcazarejos (Córdoba), población minera que estaba deshabitada donde la brigada se acantonó durante tres días. Dicha localidad se encuentra a 4 kilómetros de Pozoblanco donde estaba el frente de guerra. En marcha de aproximación, el día 2 de junio, procedieron a rebelar al Batallón de Jaén nº 52, tomando posición en las trincheras correspondientes cada uno con su escuadra y dentro de la compañía a la que todos pertenecían hasta el 6 de junio. Entre los varios vecinos de Líria que se encontraban en la brigada, estaba José Llopis Simeó, perteneciente a la Juventud Tradicionalista de Líria y Eduardo Balaguer Silvestre, amigo de Miguel Asensio y perteneciente a la J.A.P. En el trascurso de este tiempo, Asensio había contactado con un tal Vicente Vázquez, vecino de Masanasa, el cual se le había identificado como adicto a la causa nacional. El día 5, con todo disimulo, hicieron un reconocimiento del terreno donde se encontraba su compañía decidiendo que se pasarían a los nacionales a la primera ocasión que tuvieran. Contactaron con José Llopis Simeó a quien hicieron partícipe de sus intenciones el cual en aquel momento no se decidió. Recorrieron las posiciones buscando a Eduardo Balaguer pero no lo encontraron por lo que decidiron “pasarse” sin él. Cuando eran aproximadamente las 14 horas del 5 de junio, saltaron la trinchera alcanzando un montículo y arrastrándose por la parte posterior del mismo, llegaron hasta las alambradas de las trincheras nacionales. Después de dos horas de penoso forcejeo y avistados por un centinela nacional les dio el alto y les animó a continuar hasta donde él estaba. Una vez llegados al terreno nacional fueron acogidos con gran júbilo y presentados al capitán que mandaba la posición que ordenó que les dieran de comer y a continuación, restablecidas sus fuerzas, en un camión, junto a varios soldados fueron trasladados a Belmez (Jaén). Allí pernoctaron en un hospital servido por religiosas cuya Superiora era de Denia (Alicante) por lo que les atendió con un especial mimo. También se les entregó ropa nueva ya que la que llevaban había quedado destrozada.

Al día siguiente, 7 de junio, en el mismo camión viajaron hasta Llerena (Badajoz) donde se alojaron en casa del alcalde y jefe local de F.E.T. que los atendió espléndidamente y que incluso les dio quince duros (75 pesetas) de plata para sus gastos. Después de comer fueron a Almendralejo (Badajoz) donde prestaron declaración ante el general Solaz, jefe del sector. El día 8 por la noche, salieron en tren, con documentación en regla, con varios soldados hasta Sevilla a donde llegaron sobre las doce de la noche del día 9, instalándose en el Cuartel del Carmen. En dicho edificio se encontraba la plana mayor del Regimiento de Granada nº 6, donde se les entregó otra vez ropa militar. El día 9 fueron presentados a la Junta de Clasificación de Evadidos y la preguntarles su filiación política se les comunicó que en Sevilla había un cuartel del Requeté. Tras la comida del mediodía, salieron a pasear por Sevilla, presentándose en el cuartel de requetés donde se les hizo nuevamente entrega de uniformes de requeté. El ambiente en Sevilla era claramente militar pues por sus calles había legionarios, Regulares, etc. También vieron a los primeros soldados italianos y alemanes que les llamaron la atención por la alegría y el jolgorio de los primeros y la seriedad de los segundos pero sobre todo la diversidad de vestimentas. En el cuartel del Requeté sevillano se enteraron que en el café “Hernal” se reunía la colonia valenciana. Allí conocieron a Don Santiago Miralles, padre e hijo y a toda su familia y a Don Benjamín Civera -reverendo canónigo-, todos ellos naturales de Puebla de Vallbona. También coincidieron con D José Manglano y Cucaló de Montull -Baron de Cárcer- al que saludaron y acompañaron al hotel donde se hospedaba. El día 23 de julio, prestaron declaración ante el Ilmo señor D José Cuesta Monereo, coronel jefe del Ejército del Sur, siendo presentados al general Queipo de Llano. Asensio le hizo entrega a Queipo de Llano de un carnet de la C.N.T. que portaba recibiendo un rollo de tabaco cada uno por parte de Cuesta Monereo.

D Santiago Miralles les manifestó que en Zaragoza estaba formándose el Tercio de Requetés de Nuestra Señora de los Desamparados, haciéndole cada uno entrega de una fotografía tamaño carné y de la solicitud de inscripción en dicha unidad. En Sevilla residía D José Fombuena López, farmacéutico natural de Líria, al cual se presentaron y que los acogió como a hijos, dándoles de comer todos los días que estuvieron en Sevilla e incluso dinero para sus gastos. D José Fombuena tenía a su mujer en Líria, donde le había sorprendido el Alzamiento y estaba preocupado por ella.

El 12 de agosto fueron destinados a un batallón de fortificaciones hasta que hubieran conseguido los avales correspondientes pero el día 18, estando en el sector de Peñarroya (Jaén), en el citado batallón, 3ª compañía, vieron pasar a un grupo de requetés al mando de un teniente, al cual se presentaron dándose a conocer como carlistas. Inmediatamente le comunicaron sus intenciones de unirse al Tercio. El teniente que pertenecía al Tercio de la Virgen de la Merced, se los llevó consigo y los presentó en el puesto de mando de la Unidad, donde saludaron a un hijo de D Manuel Senante, director del periódico carlista “El siglo futuro”. El 2 de abril fueron dados de alta en el Tercio de la Virgen de la Merced, destinados a la 4ª compañía que era mandada por el capitán D Antonio Arredondo Sierra, donde prestaron servicio hasta el final de la guerra. En este tiempo recibieron los carnés de alta en el Tercio de la Virgen de los Desamparados, pero optaron por continuar en el Tercio de la Merced puesto que en el mismo había ya varios valencianos con los que habían establecido una fuerte amistad.

Por la prensa se enteraron de la llegada a zona nacional de D Francisco Llopis Latorre, vecino de Líria y empleado de aduanas, con el cual contactaron carteándose y que incluso, pese a no hablar nunca personalmente con él, les envió algún dinero.

Mandaron varias cartas a varios campos de concentración, preguntando si había vecinos de Líria, contactando con Vicente Maicas Lafuente, el cual se encontraba en un batallón de trabajadores, avalándole, aunque quiso continuar en dicha unidad. Hay que tener en cuenta que los batallones de fortificación eran enviados a primera línea de fuego por lo que a su penosa actividad había que sumar un elevado porcentaje de bajas por fuego enemigo.

Asimismo en el campo de concentración de Aranda de Duero (Burgos) localizaron a Francisco León Pablo, vecino de Líria al cual pese a avalar no pudieron hacer que fuera liberado. También contactaron con el reverendo D Vicente Tomás Alonso, liriano, dominico y Alférez Provisional, perteneciente al Cuerpo Jurídico Militar, hermano de Federico Tomás Alonso, perteneciente a la Juventud Tradicionalista de Líria.

A primeros de septiembre disfrutaron de un permiso de quince días en Sevilla, alojándose en casa de José Fombuena. El 27 de septiembre, de posición en Peñas Blancas por Peñarroya, Vergara fue herido en una pierna, siendo trasladado al hospital de Córdoba donde necesitó quince días para recuperarse.

Para comunicarse con sus familiares en Líria, le entregaban las cartas a D. Santiago Miralles que las remitía a un primo de Vergara en Lyon (Francia) llamado Pascual Gimeno que las enviaba sin problemas a Líria a la madre de Vergara. Las cartas iban firmadas por “Micaela” (Asensio), “María” (Vergara) y “Miguelita” (Peñarrocha).

Iniciada la ofensiva roja en el sector de Peñarroya en enero de 1939, el Tercio de la Merced mantuvo su posición en Sierra Trapera, hasta que acabó la guerra el 28-29 de marzo. Solicitaron y obtuvieron del capitán Arredondo un permiso especial para inspeccionar los campos de prisioneros, encontrando entre otros vecinos de Líria a José Cataluña Llopis y a dos hermanos Alamá.

Una Columna enorme mandada por Queipo de Llano llegó a Cazorla (Jaén) donde Vergara se hizo una fotografía que hoy podemos ver en la sala museo del Círculo San Miguel de Líria. También encontraron a Miguel Peñarrocha Blesa y Salvador Alamá Ortiz, pertenecientes a la Juventud Tradicionalista de Líria que habían formado parte de la banda de música de una Unidad republicana, a los que avalaron. La Columna pasó por Peñarroya, Porcuna, Santiesteban del Puerto, Jódar, Linares, Úbeda y Beas de Segura, donde tomaron un ferrocarril a Jerez de la Frontera donde el Tercio rindió homenaje a la Virgen de la Merced y el general Queipo de Lllano le impuso la 2ª Medalla Militar y a la Bandera de Falange de Mora-Figueroa.

El 3 de mayo, el Tercio de la Merced, desde Jerez Partió hacia Madrid para participar en el desfile de la Victoria que tuvo lugar el día 19, regresando el día 23 y tomando posición en Villanueva del Arzobispo. Posteriormente pasó a Baeza y Úbeda. El 9 de septiembre una representación del Tercio de la Merced, en unión de otros Tercios de requetés fueron condecorados por el general Queipo de Llano con la segunda Medalla Militar Colectiva del Requeté Andaluz. El 30 de septiembre se disolvió el Tercio pasando el personal que estaba movilizado al Regimiento de Cádiz nº 33.

Nuestros biografiados fueron licenciados, primero Miguel Vergara y Miguel Asensio en Andujar que se trasladaron a Madrid y a Zaragoza para cumplir un voto que habían hecho ante la Virgen del Pilar. Pernoctaron en casa de Jesús Martínez, que había estado como prisionero en Líria y que conocía a la familia de Miguel Asensio y desde allí volvieron a Líria donde reanudaron su vida civil.

Peñarrocha se quedó movilizado durante dos meses más por efectos del reemplazo al que pertenecía.

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