El Socorro Blanco en Llíria

Don Luis Martí escribió que “Don Julio Guanzo Michavilla, capitán del Ejército de la República, fue destinado desde Mahón a Liria, para hacerse cargo de dos batallones de prisioneros militares y uno de civiles que había en Liria, así como del personal que cuidaba a los prisioneros y la administración de los mismos”[1]. Según el Sr. Guanzo, recibió una gran ayuda del “Socorro Blanco” en forma de prendas de vestir y comida. Don Luis Martí apunta que el “Socorro Blanco” estaba formado por unas doscientas personas, cifra muy difícil de comprobar por cuanto el “Socorro Blanco” no actuó como un grupo compacto por las circunstancias de su actuación. En la lista que se publicó en el periódico “Las Provincias” el 10 de junio de 1939, que reproduzco a continuación, aparecieron unas cien personas, las cuales todas creo colaboraron activamente con el “Socorro Blanco”.

¿Cómo nació el “Socorro Blanco”?. La primera noticia que tenemos apareció en una fecha tan tardía como abril de 1936 en el semanario de Valencia “El Tradicionalista”[2], en un llamamiento de Don Mariano Puigdollers Oliver, Jefe Regional de la Comunión Tradicionalista para que los carlistas colaborasen económicamente a fin de ayudar a las familias de los correligionarios que se encontraban encarcelados, así como a los que se encontraban sin trabajo y otras circunstancias análogas. Todo ello conforme a lo publicado en el número 55 del Boletín de Orientación Tradicionalista de la Junta Central Carlista publicado en 1935.

En el mismo número de “El Tradicionalista”, figuró una primera relación de 18 donantes que fue acompañada por otras tantas listas en los siguientes números 663, 666, 667, 668, 669, 670, 671 y 672. Asimismo se recoge lo recaudado en dos funciones organizadas para ayudar al “Socorro Blanco” realizadas en el teatro de la Casa de los Obreros de la calle Caballeros de Valencia, donde se representó la obra “El Divino Impaciente” de Don José María Pemán por el Cuadro Artístico de la Juventud Tradicionalista de Sueca. En dicha representación se obtuvo un beneficio de 509’10 pesetas que junto a lo recaudado por el semanario “El Tradicionalista”, sumaban 1.570’00 pesetas de 193 donantes, lo que hacía un total de 2.079’10 pesetas.

En resumen, podemos afirmar que el origen y la denominación del “Socorro Blanco” fue carlista. En el sumario instruido contra la Quinta Columna en Valencia en 1937 contra dicha organización, aparece como procesado el vecino de Lliria Don Mauricio Martínez Martínez entre otros.

También dejamos constancia, en apoyo de nuestra tesis, que en el semanario “El Tradicionalista”, de fecha 16 de julio de 1.936, se recogió una noticia sobre la constitución de la Junta Provincial de las Margaritas de Valencia en la que se nombraba delegada provincial del “Socorro Blanco” a la señorita Dolores Selva Mergelina y como Subdelegada a la señorita Antonia Tur.

En Liria, nos consta que también existió el “Socorro Blanco” con el cual colaboraron algunas de las “Margaritas” a las que se les dotó de material sanitario para curas como vendas, apósitos, etc para cuando estallase la guerra que se preveía.

¿Cuándo empezó a actuar en Liria el “Socorro Blanco”?. Creemos –como apunta el autor del artículo en “Las Provincias”- que fue de forma instintiva a raíz de que se produjeron los primeros encarcelamientos de presos políticos en las Torres de Cuarte, cárcel de San Miguel de los Reyes, en las distintas checas, etcétera, llevando comida y ropa a los prisioneros.

Huyendo de los bombardeos de Valencia, vinieron a Liria, el matrimonio formado por Don Carmelo Esparza, su mujer Doña Dolores y sus cuatro hijas: María, Dolores, Pilar y Mercedes, que se pusieron a vivir en la Calle Mayor, número 99, esquina a la Calle de San Lorenzo. Enfrente estaba el matrimonio Linares y en el nº 96 el matrimonio Francisco Moros y Carmen Bort, con el que hicieron una gran amistad que perduró muchos años.

El autor de este trabajo recuerda a Pilar Carmelo, que era bellísima, en medio de la calle Mayor hablando con algunos prisioneros de la Cárcel del Partido que salían para realizar funciones administrativas custodiados por un guardián. ¿Fue aquella Pilar la que se sirvió de contacto entre los prisioneros y los civiles afines a la causa nacional?. No lo creo, ya que el radio de acción de las hermanas Carmelo era muy limitado y en aquel entonces la ayuda a los prisioneros, así como a las personas que se hallaban ocultas, estaba muy extendida. Pilar Esparza, al finalizar la guerra, fue nombrada Delegada de Auxilio Social y al poco tiempo, sus padres volvieron a Valencia con excepción de Dolores, que residió varios años en Liria, en el domicilio de la familia Moros-Bort.

Tengo en mi poder, en contestación a un cuestionario remitido a Don Antonio Paula Morandeira -preso politico en Benisanó- en 1969, un escrito en el cual dice que en Liria encontraron una gran ayuda de las Margaritas, especialmente de la hermana de Ferrer “El Tranviario”, madre del autor de este trabajo.

Está por escribir la historia del “Socorro Blanco”. En general, Ricardo de la Cierva, en su libro “Agonía y Victoria” dedica varias páginas a la actuación del “Socorro Blanco” en Madrid que mereció el agradecimiento de la Junta Nacional Carlista. Javier Cervera en su obra “Madrid en guerra” despacha en tres líneas la actuación del “Socorro Blanco”, al decir que Félix de la Calle Preciados, Maestro Nacional, fue detenido por controlar un grupo de veinte personas destacando lo difícil de su actuación clandestina por el temor a la represión del S.I.M[3].

¿Se escribirá la historia del “Socorro Blanco” ahora que estamos en un momento en el que se habla tanto de la “Memoria Histórica”?. El tiempo lo dirá.

Mención aparte merece la celebración de misas clandestinas normalmente en los domicilios de los sacerdotes que continuaron viviendo en Liria: Don Francisco Martinez Enguídanos en la calle mayor, Don Pedro Juan Silvestre en la calle San Miguel nº 4 y Don Francisco Alcocer “El Raponet” calle de la Purísima, y otros que a decir verdad, y no entro en detalles, continuaron viviendo en sus domicilios mientras duró la contienda, reintegrándose a su sagrado ministerio finalizada aquella.

Como decimos, las misas que se celebraron lo fueron de manera privada. ¿Por qué fueron respetadas sus vidas y no como en el caso de tantos otros sacerdotes que fueron asesinados?, ¿se preocupó alguien de protegerlos?, ¿alguna persona determinada intercedió por sus vidas?. ¡Solo Dios lo sabe!.

“RELACION NOMINAL de los participantes en la humanitaria y gloriosa obra del “Socorro Blanco”, de Liria, que por la importancia de sus servicios o donativos, o la de ambas meritorias aportaciones, más contribuyeron al desarrollo y la eficacia de la hermosísima empresa: Salvador Alamá, Cristina y Remedios Aliaga, Concha y Trinidad Alvaro, Concha Arnau, Elvira, Maruja y Pilar Arquer, Amparo Artés, Carmen, Maruja y Teresa Asensio, Francisco Balaguer, Clemente Bañuls, Milagros Bori, Asunción Calvo, Elena Calvo, Juan Cánovas, Amparo Cantó, Consuelo Carbonell, Amparo, Lola, Mercedes y Pilar Carmelo, Antonio Casinos; Carmen Castellano; Angeles Castillo; Presentación Castillo; Josefina Civera; Amparo Comes; Angelina y Carmen Comanda; Carmen Comanda Mateu; Concha Comanda; Salvador Comanda; Natividad Domingo; Angeles y Amparo Escrig; Edelmira Espí; Josefina Espí; Carmen y Luisa Fabra; Concha y Josefina Falomir; Elvira Ferrer; Dolores García Genovés; Dolores Gómez; Concha Gómez Feltrer; Gregoria y Josefina Gómez Rodilla; Concha León; Carmen Llatas; Carmen Llopis (la monjita de Alacuás); Catalina y Maria Llopis; Trinidad Llopis; Madre Superiora del Monasterio de San Miguel; Madre Superiora de las Hermanitas de los Pobres; Josefina Martinez; Trinidad Martinez; Trinidad Martinez Collado; Asunción y Vicenta Martinez Veses; Dolores Miguel Veses; Elena Motes; Elvira y Maria Muñoz; Miguel Novejarque; Amparo Novella; Concha Olba; Amparo y Vicenta Palacio; Encarnación y María Inés Pastor; Bibiana Peñarrocha; Carmen Peñarrocha; Vicenta Peñarrocha; Elvira y Josefina Pérez Ferrandis; Lola Porcar; Enrique Portolés; Remedios Portolés Aliaga; Angelina e Inesita Puig y Lis; Carmen Sancho; Concha Santapau; Amparo y Concha Saval; Concha Silvestre; Africa y Maria Solaz; Josefina y Maria Sornosa; Miguel Tormos; Vicenta Torrent Asensio; Antonia, Milagros y Vicenta Torres; Concha Travers; Matilde Valle; Maria Vergara; Maria Teresa y Remedios Veses; Asunción y Paquita Villar; y Pilar y Remedios Yuste”[4].



[1] Don Luis Martí, “Historia de la Ciudad de Liria”, Ed Sociedad Cultural Liria XXI, Liria, 1986, tomo III, pag 206.

[2] “El Tradicionalista”, número 662, 30 de abril de 1936.

[3] Javier Cervera, Madrid en guerra, Ed. Ariel, Madrid, 2004, pag 252.

[4] Manuel Hernández, “Las Provincias”, 10 de junio de 1.939

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