El Hospital Militar de Llíria (1938-1939)

El Hospital Militar de Liria se ubicó en el Grupo Escolar San Vicente Ferrer, denominándose Hospital Militar del XVII Cuerpo del Ejército. Al principio nos extrañó la denominación de XVII Cuerpo del Ejército por cuanto esta unidad militar del ejército gubernamental actuó en el frente norte hasta que se disolvió con la liquidación total de la franja cantábrica por el Ejército Nacional. Ahora bien, en una orden general del alto mando republicano, se reorganizaron todas las unidades y se resucitó el XVII Cuerpo dentro del Ejército de Levante, prácticamente inactivo por efecto de la Batalla del Ebro, en aquellas fechas en plena efervescencia. Se nombró Jefe de la Unidad al Teniente Coronel García Vallejo y estuvo compuesto por las Divisiones 51, 52 y 53. La División 51 estaba formada por las Brigadas Mixtas nº 198, 199 y 200. La 52 por las Brigadas Mixtas nº 195, 196 y 197 y la División 53 por las Brigadas Mixtas nº 192, 193 y 194.

El XVII Cuerpo del Ejército se acantonó en una franja que iba desde Segorbe a Sagunto, dentro de la línea de fortificación denominada XYZ, que tenía por misión defender Valencia del avance Nacional. La Unidad permaneció en dichas posiciones hasta el final de la guerra. En la variada bibliografía consultada, no he podido encontrar la orden de creación del Hospital del XVII Cuerpo del Ejército, si bien he encontrado relaciones de hospitales militares de carácter permanente como los de Valencia, Alcoy, Benisa, Gandia, etcétera. También se instalaron hospitales militares de tránsito, es decir, de primera cura, en Altura, Alcublas y Villar del Arzobispo.

El de Liria fue un hospital permanente que empezó a funcionar tras la muerte de Angel Falomir Alcaide y de su hijo Gaspar, ambos fallecidos en un bombardeo del campo de aviación alcanzados por las bombas cuando circulaban con su carro por la carretera de Ademuz, como ya he relatado[1]. La segunda inscripción es la del soldado José Padina Rodríguez, natural de Ochao (Portugal) cuya orden de inscripción en el Registro Civil se cumplimentó por orden del Hospital Militar del XVII Cuerpo del Ejército.

Los fallecidos en el Hospital Militar que constan inscritos en el Registro Civil, Sección de Defunciones, ascienden a la cantidad de 105, de los que cuatro eran vecinos de Liria. Asimismo, aparece la defunción de un soldado oriundo de Benisanó llamado Jaime Silvestre Fombuena. Según este mismo registro en el año 1938 hubo 99 fallecidos y en el año 1939 un total de 46. El último inscrito como fallecido fue José Garrido Vázquez, natural de Jerez de la Frontera. Si valoramos que en campaña de cada fallecido solían producirse de 7 a 8 heridos, no es exagerado aventurar que el total de internos en el tiempo que estuvo abierto el Hospital se atendieran entre 900 y 1000 ingresados, sin contar a los que también se atendía que no eran militares.

En plena ofensiva de Levante, que se suspendió el día 25 de julio de 1.938 con el cruce del río Ebro por el Ejército Popular, el cronista recuerda haber visto una mañana del mes de julio de dicho año, cuando me dirigía a la huerta, a una multitud de soldados formados frente al Hospital, con los brazos en cabestrillo, con muletas y otros vendajes, pasando de uno en uno por delante de unos enfermeros que les entregaban a cada uno un casco relleno de comida. A continuación subían a unos camiones que se los llevaban en dirección a Valencia. Iban bien vestidos y la mayoría de ellos eran jóvenes. Era gente dolorida, notándoseles en sus rostros el sufrimiento acumulado. ¿Cuántas escenas como éstas se dieron durante la contienda. Aún me parece verlos silenciosos, tristes, tomar la comida y empezar a comérsela. También me llamó la atención que los uniformes que llevaban eran nuevos y estaban limpios, lo que comentamos mi amigo José Maria Carbonell y yo. Cuantas veces he recordado esta escena y me he preguntado: ¿Por qué sucedió aquella tragedia?, ¿quién tuvo la culpa?, ¿pudo haberse evitado?. Esto procuraré contestarlo en otro capítulo, visto a la distancia de casi 70 años. Cuando tantos éramos niños, lo que no deseamos a los niños de hoy, aún cuando tantos se empeñan en abrir tantas heridas que a todos nos afectaron de una manera u otra.

Volviendo al Hospital Militar, aunque hemos dicho la fecha de su inauguración creo que el Grupo Escolar empezó a estar habilitado al empezar la ofensiva de Levante, a partir del mes de febrero de 1.938. En dichas fechas se cerró el Grupo Escolar porque entonces muchos de los maestros fueron llamados a filas. Este hecho no tuvo relación con el cierre del colegio de San Miguel en el que impartían la enseñanza Don Augusto y Doña Lola Roca Borrut con otros niños. El motivo del cierre del colegio San Miguel fue debido a que Don Augusto realizaba otras labores de tipo político en la población y por temor a los bombardeos. Los alumnos de San Miguel, entre los que estaba el autor de este trabajo, pasamos al Grupo Escolar. Yo mismo fui destinado a la Sección 4ª que regentaba mi recordado maestro Don Manuel Miguel Cintero hasta que fue movilizado. También recuerdo a los maestros Don Salvador Roger y su esposa; Don José Grau, y esposa; Doña Milagros Catalá; Don Salvador Blanch de la sección 6ª y a Don Angel Martinez de la 3ª, del que recuerdo su carácter y su forma de ser: cariñoso, amable, y sus enseñanzas y sacrificios. Muchos de ellos volvieron después de la guerra: Don Manuel Miguel, Don Salvador Roger, Don José Grau y su esposa, la bellísima Doña Conchita. En la posguerra, ante la dureza de la situación muchos daban clases particulares o montaron academias como la “Edeta” y otras. A todos ellos nuestro emocionado recuerdo por el bien que nos hicieron y por la bondad que con su ejemplo sembraron en nuestros corazones.

Es digno de ser recordado que en la guerra, los maestros nos enseñaron a cantar -algunos en contra de sus convicciones políticas-, himnos como la Internacional o el Himno de Riego. Varios de esos mismos maestros serían los que después de la guerra nos enseñaron a cantar el “Cara al Sol”, “Adelante Boinas Rojas”, o la “Gio venza italiana”, con letra española:

GIO VENZA

Camisa azul y boina colorada

camisa azul y boina requeté.

Como haz unidos fuimos todos cuando Franco

bandera alzó por una misma Fe.

La juventud es toda combatiente

la juventud por España a vencer.

Y si la muerte llega y nos acaricia

un Viva España damos al caer.

Y si la muerte llega y nos acaricia

un Viva España damos al caer.



[1] Registro Civil de Liria, sección de defunciones, tomo 41, 12 de julio de 1.938. Angel no aparece inscrito en dicho apunte ya que fue trasladado al hospital de Valencia donde falleció por orden del médico de Liria, Don Vicente Portolés Marco. Entonces existía la norma de inscripción en el lugar del fallecimiento.

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