El Carlismo en Llíria el 18 de Julio de 1936

El Carlismo, estuvo desde el principio por el Alzamiento contra la Republica. Así en la primera reunión formal celebrada en el Saler entre el representante del Ejército -el Capitán de Estado Mayor D. Francisco Frigola-, el representante de la Derecha Regional -de Ventura Cabellos-, por Renovación Española -D. Ignacio des Pujols, Conde de Caspe-, asistió en representación de la Comunión Tradicionalista D. Mariano Puigdollers Oliver, entonces Jefe Regional carlista.

El Carlismo estaba organizado a nivel regional. El jefe del Requeté militar, era D. Ricardo Perez Martínez, pero el alma de la Organización era D José Torrent y su hermano Gabriel, auxiliados por una juventud vibrante, vigorosa y organizada, como había demostrado en la magna asamblea de juventudes celebrada en Valencia en 1935. En Líria se había celebrado una concentración de la juventud del distrito de la que se informó en el semanario “El Tradicionalista” con asistencia superior a las 500 personas.

El Jefe Comarcal de las Juventudes era D. Bautista Sanchis Blay y la cabecera del Requeté, con 250 hombres, se encontraba en Benaguacil.

La junta del Carlismo en Líria estaba formada por las siguientes personas:

JUNTA DE LA COMUNION

Jefe del Distrito D. José Vicente Peñarrocha Santes

Delegado Local D. Francisco Carbonell Pablo

Presidente D. Jaime Yuste Pablo

Vicepresidente D. Gregorio Aliaga Lluquet

Secretario D. Miguel Vergara Gimeno

Vicesecretario D. Juan Bautista Duart Martínez

Contador D. Francisco Calvo Navarro

Tesorero D. Emilio Hernández Pablo

Vocales D. Francisco García López

Vocales D. José Maria Morato Calvo

Vocales D. Juan Maria Gil Martínez

Vocales D. Vicente Martínez Fombuena

Delegada de Margaritas Dª Catalina León y nº de afiliadas 123

La Junta de Juventudes la Componían los siguientes:

Presidente D. Carlos Peñarrocha Taroncher

Delegado D. Miguel Vergara Gimeno

Secretario D. Jaime Yuste Pablo

Vicesecretario D. Juan Bautista Duart Martínez

Contador D.José Antonio Yago Soriano

Vicecontador D. Ricardo Pablo Santes

El total de afiliados entre hombres y mujeres estaba entre 235 aproximadamente.

En el mes de abril de 1935 visitó Líria, Benaguacil, Puebla de Vallbona, Villamarchante y Ribarroja, el Delegado Nacional de Requetés D. José Luis Zamanillo, acompañado de D. José Torrent. Ambos tuvieron un cambio de impresiones con las distintas Juntas que cristalizó con la ubicación en Benaguacil de la Jefatura Comarcal del Requeté en la persona de Bautista Sanchis Blay.

¿Cual era el numero de jóvenes carlistas en el distrito de Líria?. Si tenemos como base la juventud, no es difícil aventurar una cifra entre 250 a 300 requetés. En la guerra se pasaron a los nacionales 32 requetés en unidades Carlistas y unos 80 en Unidades del Ejército.

¿Cual fue la actuación general del Carlismo en el Alzamiento?. El bando de guerra en Valencia fue tirado en una imprenta por encargo de D. Mariano Puigdollers según la “Historia de la Cruzada Española”, bando, que no llegó a publicarse al fracasar el Alzamiento. Según la “Historia de la Cruzada Española”, requetés y miembros de Renovación Española penetraron en el Cuartel de Caballería como nos corroboró Antonio Paula en una carta autógrafa que reproducimos. Paula estuvo en el Cuartel de Caballería y en el Patronato de la Juventud, del cual era Conserje Bautista Seguer, natural de Líria, por lo que fue condenado en unión de otros requetés a trabajos forzados. Los requetés habían de esperar la publicación del Bando de guerra, y luego penetrar en los cuarteles para sumarse al Ejército. Los de la provincia debían acudir en camiones a Valencia. El armamento de que disponían, y no todos, eran pistolas astra de 7,65. Acompañamos en afirmación de lo que decimos una relación de los requetes de Guadasuar, así como de los que pasados a la zona Nacional lucharon en unidades de Requetés.

En cuanto a Líria. ¿Qué fue de los carlistas? ¿Y del local del Círculo Tradicionalista, situado en la hoy Plaza del General Santes?. Al producirse el Alzamiento y tras fracasar en Valencia, los carlistas tomaron el acuerdo de sacar de las dependencias del Círculo , tal como se hizo, la bandera del Círculo y el Banderín de la Juventud, de lo cual se hizo cargo D. Pascual Cebriá Torrent, con gran riesgo de su vida. Tuvo las banderas hasta el 29 de marzo de 1939, en que encabezó una manifestación que nos relató en la carta que acompañamos, Pablo Rodríguez Imaz, Requeté, natural de Larraga (Navarra), prisionero de guerra en Codo-Zaragoza y trasladado a Líria, que durante su estancia trabó amistad con D. Pascual Cebriá Gasent.

Asimismo se extrajeron del Círculo el archivo y los trajes del Belén de lo que se encargó Doña Elvira Ferrer Montero, que los guardó en su domicilio en la calle Salvador numero 76. Pocos días después el Círculo Tradicionalista fue asaltado, destrozado el escenario, donde se realizaban las funciones, que fue arrancado y quemado públicamente en la plaza. El local fue incautado por las Juventudes Libertarias hasta la terminación de la guerra. Uno aún recuerda la venta de libros anarquistas, expuestos en una tenderete a la puerta del Círculo. Actualmente aún vive el Jefe, entonces de las juventudes Libertarias. Cuando la caída de Málaga, vinieron a Líria un núcleo de libertarios que distribuían la propaganda.

A los pocos días del Alzamiento fue detenido en su domicilio de la calle de la Purísima por orden del Comité, Miguel Vergara. Él mismo me comunicó posteriormente que fue puesto en libertad a los tres días por mediación de sus amigos deportistas. Muchos años después esto me lo confirmó uno de los autores de la Gestión: Vicente Asensi.

El día 24-25 de julio fueron a los domicilios de D. Jaime Yuste Corbí y Dª Antonia Pablo Garzón, calle del Salvador-Cervantes numero 101 y el domicilio de mis padres, calle del Salvador numero 78, escopeteros al servicio del Comité. Fueron detenidos Pilar y Remedio Yuste Pablo y mi madre Elvira Ferrer Montero y llevados en coche descubierto al Ayuntamiento donde prestaron declaración ante el Comité y posteriormente encerradas hasta cerca de las tres de la madrugada. A dicha hora fueron puestas en libertad, gracias a la intervención personal de D. Miguel Pérez Martínez quien les manifestó que no salieran de sus domicilios si no era por orden suya. Esto me lo narró después de varios años, Remedios Yuste Pablo, pues mi madre nunca lo quiso comentar. Lo que también me dijo Remedios Yuste, es que la detención se había efectuado por una denuncia hecha al Comité, acerca de que en el domicilio de mis padres, había escondida ropa de sacerdotes. A los pocos días el Comité desterró de Líria a mi madre.

Salvo algún contratiempo o insulto, la vida en Líria discurría entre el desasosiego de las noticias sobre la guerra y la incertidumbre y el temor de las personas afectas al bando Nacional. La llegada masiva a la población de militares, sobre todo del Cuerpo de Aviación, que eran bien recibidos, incluso entre las gentes de derechas que los acogían sin recelo alguno. Los contactos entre los derechistas se llevaban a cabo en los domicilios con intercambio de noticias, bulos y rumores, que daban lugar a las más disparatadas actuaciones dentro de lo anómalo de la situación. Los Cines continuaban funcionando y empezaron a proyectarse películas rusas, como el Acorazado Potemkin, los marinos de Kronstad, el Camino de la vida y el hijo de la Mongolia, que hacían las delicias de los chiquillos. El precio de la entrada era de 15 céntimos la cazuela y de 25 céntimos la butaca y la lluneta. La gente, salvo una minoría, vivía al margen de la guerra. Había gente de derechas que se había ausentado de sus domicilios por temor a las represalias y aunque las privaciones de comestibles se empezaban a notar, la gente, lo consideraba normal dentro de la guerra. La gente que primero empezó a notar las privaciones era la que no tenía tierras, es decir, la que no vivía de la agricultura y sobre todo la que vino a Líria huyendo de los bombardeos en Valencia. Pero, eso sí, fueron acogidos por parientes o no con cariño, compartiendo con ellos lo que tenían, tanto la comida como el alojamiento. Hay que decir en honor a la verdad que poco o mucho, el pan se sirvió diariamente a la población y que incluso los que cosechaban trigo y por ende tenían harina, cocían el pan en los hornos. Ahora bien, del total de la cosecha de trigo se entregaba parte al Comité para el abastecimiento de la población.

Todo esto continuó inalterable hasta que se produjeron los primeros asesinatos, la noche del 13 al 14 de agosto, de Pedro Castillo Adriá y su hijo José Maria Castillo Soriano. Ya antes se había asaltado y quemado el interior de todas las iglesias de Líria. Todo ello acrecentó el temor de la gente de derechas y las hizo más cautas y reservadas en sus relaciones. Pero volviendo al Carlismo de Líria, hemos sabido posteriormente por Antonio Paula Morandeira, carlista de Valencia, la ubicación de un batallón de prisioneros políticos que entablaron contactos con los carlistas de Puebla de Vallbona y las Margaritas de Líria. Asimismo carlistas de Puebla de Vallbona contactaron con los carlistas de Líria en el mes de marzo de 1937. Ya en plena guerra civil fueron movilizados Miguel Vergara Gimeno, José Llopis Simeó y Miguel Peñarrocha Taroncher entre otros. Los tres de la Juventud Carlista, así como Miguel Asensio Martínez que era de las J.A.P. Los Asesinatos en la población, la gran afluencia de fuerzas militares, lo escaso de las noticias y la propaganda republicana hacían que el temor y la incertidumbre acrecentase e incluso el alargamiento de la guerra incidiese en el animo de muchas personas, haciéndolas proclives al desanimo y el temor ante el futuro incierto. Pero no obstante, existía la minoría inasequible al desaliento, que poco a poco, venció el temor, acrecentando la fe para continuar luchando. Al llegar el frente a Bejís y la zona de Segorbe todas las mañanas, oíamos el sordo tronar de la artillería, llenándose de columnas de humo los montes, producto de las explosiones de los proyectiles artilleros. Discurrían por las carreteras de Líria una riada de fugitivos a pie, en carros y otros medios móviles, cargados con los enseres que habían podido salvar con el miedo y la tristeza en los rostros curtidos por el sol. Y enjambres de chiquillos, subidos a los carros ajenos a la realidad del momento. Ello no era obstáculo y el cronista lo presenció para que el camarada Font, encargado de abastos hiciera salir de la fila de los huidos algún que otro carro y obligara a llevarlo al almacén de abastos, situado en el edificio del Remedio, que hoy tiene su puerta tapiada y que servia para guardar la Roca, los gigantes y trajes para las cabalgatas. Registraba los carros entre amenazas y decomisaba trigo y otros comestibles que estaban intervenidos. Yo lo presencie, por lo menos unas dos o tres veces llevado por la curiosidad y lo insólito de los hechos y a más de una victima la vi protestar ante las amenazas de Font. Una de las veces intervino un soldado de aviación de guardia en el Remedio defendiendo a las victimas contra el Camarada Font. Pues bien, como decíamos, el momento de desaliento paso, y la organización del Socorro Blanco, se fortaleció, aun más, para continuar luchando hasta la victoria final.

Los días once y doce de agosto de 1937, el S.I.M. -Servicio de Información Militar- hizo una gran redada de elementos calificados de derechas en Líria. Encarceló al Patriarca del Carlismo D. Francisco Carbonell Peñarrocha y a los hermanos D. Gregorio y D Manuel Aliaga Lluquet, hombres ya de avanzada edad. Francisco Carbonell Santes se marchó con su padre, siendo ingresados en la cárcel modelo. Allí se encontraron con varios elementos de la C.N.T. ingresados por anomalías de corrupción.

A las once o doce días, fueron juzgados por el Tribunal Popular cuyo secretario era D. Miguel Linares Sabater. En el transcurso del juicio se declararon abiertamente carlistas, siendo puestos en libertad, especialmente por la ayuda de D. Miguel Linares, volviendo a Líria.

El día 14 de diciembre de 1937 falleció en Líria el Jefe Carlista del Distrito de Líria D. José María Peñarrocha Santes. La Junta Carlista del Batallón de prisioneros políticos, presidida por D. Antonio Paula Morandeira, nombro Jefe del Distrito a D. Miguel Llavata Merenciano, quien lo fue hasta su muerte, dentro de la lealtad Carlista, el 20 de diciembre de 1970.

D. Francisco Carbonell Peñarrocha falleció el día 21 de marzo de 1950. Francisco Carbonell Santes falleció el día 3 de febrero de 1962. Su funeral fue grandioso estando presidido por las autoridades legítimas del Carlismo. Fue Alcalde de Líria desde el 13 de marzo de 1941 al 19 de mayo de 1942. Firmó con los propietarios del solar donde se edificó el Círculo de San Miguel el compromiso de compra del solar. Asimismo siendo Alcalde, firmó y avaló a varias personas en situación difícil, de lo que el cronista da testimonio, adjuntando como muestra el documento que nos proporcionó nuestro entrañable y recordado amigo D. Rafael Sornosa Martínez. D. Gregorio Aliaga LLuquet, falleció el día 2 de septiembre de 1953. Manuel Aliaga Lluquet falleció el día 18 de agosto de 1959. Todos ellos dentro de la lealtad Carlista.

El 29 de marzo de 1939, terminó la guerra civil y se abrió el Círculo Carlista que fue desalojado en 1963 al trasladarse los Carlistas a su nuevo local, el del actual Círculo Cultural Católico San Miguel, pero ello, ya forma parte de otra época que Dios mediante, procuramos escribir sobre la Historia del Carlismo en Líria.

Muchas veces nos hemos preguntado e incluso nos han preguntado como fue que teniendo la solera Carlista que había en Líria, no se asesinó a ningún militante carlista, cuando en poblaciones limítrofes como Benaguacil, fueron asesinados siete Carlistas y en Puebla de Vallbona dos. La incógnita es a nuestro juicio la sociología, sobre todo económica del Carlismo de Líria. En el Círculo Carlista se realizaron durante tantos años las funciones, que incluso en su niñez muchos de los futuros escopeteros las presenciaron. El respeto hacia la integridad política y la honradez congénita del Carlismo de Líria y su alejamiento de los partidos dinásticos, influyo tal vez para respetar sus vidas. No lo sabemos pero intuimos que podemos estar cerca de los que sucedió. Sin embargo en la magnifica obra de D. Luis Pérez Domingo “Mártires Carlistas del Reino de Valencia”[1] se dice que fueron asesinados dos Carlistas residentes en Líria, los sacerdotes. D. José Nicolau Genovés y D. José Calvo Guillamón. ¿Eran conocidos como carlistas?. Nunca se lo oí decir a ningún Carlista de Líria, sólo sé, según manifestación de Salvador Cortes Quiles, que frecuentó el Círculo Carlista en su juventud que un numeroso grupo de sacerdotes frecuentaba el Círculo , sobre todo los domingos y que jugaban a la cartas, entre ellos, su hermano y que alguno de ellos era carlista, como D. Mariano Silvestre “El capellá Paller”.



[1] Pérez Domingo, luis. “Mártires Carlistas del Reino de Valencia”, Ed. Actas, Colección Hernando de Larramendi, Madrid, 2004.

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